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¿Cómo se debe limpiar correctamente una pérgola bioclimática?

Tu pérgola bioclimática fue una inversión importante, y mantenerla impecable es más fácil de lo que imaginas. La buena noticia: solo necesitas agua, jabón neutro y 30 minutos cada trimestre. La mala: ignorar el mantenimiento puede convertir un problema de 10 minutos en una reparación de cientos de euros. 

La clave está en saber exactamente qué limpiar, con qué hacerlo y, sobre todo, qué productos nunca debes usar. Vamos a verlo paso a paso.

Tabla de contenidos

Por qué es importante limpiar la pérgola

El mantenimiento no es solo cuestión de apariencia. Una limpieza adecuada aporta beneficios concretos:

Evita atascos en canalones: hojas, polen y residuos obstruyen el drenaje, provocando desbordamientos y filtraciones
Prolonga la vida útil: eliminar suciedad y agentes corrosivos protege los materiales y acabados
Mantiene el funcionamiento suave de las lamas: el polvo y la suciedad acumulada en los mecanismos dificultan la apertura y cierre
Mejora la estética: una pérgola limpia conserva su aspecto premium y valoriza el espacio exterior

Descuidar la limpieza puede derivar en reparaciones costosas que se evitan con rutinas simples de mantenimiento.

Materiales necesarios

Para limpiar tu pérgola bioclimática solo necesitas elementos básicos que probablemente ya tienes en casa:

Agua y manguera: para enjuague general y eliminación de polvo
Jabón neutro: tipo lavavajillas suave o jabón de pH neutro (evita detergentes agresivos)
Esponja o paño suave: microfibra o algodón, nunca estropajos metálicos
Cepillo de cerdas blandas: para zonas de difícil acceso o suciedad adherida
Opcional: hidrolimpiadora a baja presión (máximo 80-100 bares): útil para limpiezas anuales más profundas, siempre a distancia prudente

💡 Importante: nunca uses productos químicos agresivos, abrasivos ni herramientas que puedan rayar el aluminio o dañar las juntas.

Limpieza de las lamas

Las lamas orientables son el corazón de tu pérgola bioclimática, y también la zona que más suciedad acumula por estar expuesta directamente a los elementos. Un proceso de limpieza correcto en tres fases garantiza resultados profesionales.

Preparación

Antes de aplicar agua, abre completamente las lamas para acceder a ambas caras. Con un cepillo de cerdas suaves o un paño seco, retira hojas secas, polvo acumulado y residuos visibles. Este paso previo evita que la suciedad se convierta en barro al mojarla.

Si hay excrementos de pájaros o savia de árboles, humedécelos ligeramente durante unos minutos para que se ablanden antes de intentar retirarlos.

Lavado

Prepara una mezcla de agua tibia con unas gotas de jabón neutro. Con una esponja o paño suave empapado en la solución, limpia cada lama de forma individual, pasando por toda la superficie con movimientos suaves y circulares.

Presta especial atención a los bordes y juntas donde se acumula más suciedad. No presiones excesivamente; el jabón neutro y el agua hacen el trabajo.

Enjuague

Aclara abundantemente con agua limpia usando la manguera, asegurándote de eliminar todo resto de jabón. Los residuos de jabón pueden dejar manchas o atraer más polvo.

Deja las lamas abiertas en posición horizontal para que el agua se escurra y se sequen completamente al aire. Evita cerrarlas mientras estén húmedas, ya que la humedad atrapada puede generar manchas o moho en las juntas.

Limpieza de la estructura

La estructura de aluminio también necesita atención regular:

Columnas: limpia con paño húmedo y jabón neutro, eliminando polvo, salpicaduras y manchas
Marcos y perfiles superiores: pasa un cepillo suave por los rieles y guías donde se deslizan las lamas
Uniones y zonas ocultas: revisa las esquinas, tornillería vista y puntos de anclaje donde se acumula suciedad

Después del lavado, aclara toda la estructura y sécala con un paño limpio para evitar marcas de agua, especialmente en acabados oscuros.

Limpieza de canalones y desagües

El sistema de drenaje es crítico para evitar problemas de humedad:

Retira hojas y residuos: con las manos o un cepillo, extrae hojas secas, tierra y ramas acumuladas en los canalones integrados
Verifica el flujo de agua: vierte agua con la manguera y comprueba que sale correctamente por los desagües sin estancarse
Comprueba posibles obstrucciones: si el agua no fluye bien, usa un alambre flexible o aire a presión para desatascar los conductos

Si los canalones se obstruyen frecuentemente, considera instalar rejillas protectoras o realizar limpiezas más frecuentes, especialmente en otoño.

Frecuencia recomendada

La periodicidad ideal depende de tu ubicación y entorno:

Limpieza general: cada 3-4 meses (primavera, verano, otoño, invierno)
Limpieza intensiva: antes de verano e invierno, coincidiendo con las estaciones de más uso o climatología extrema
En zonas con árboles cercanos, polvo o polen: cada 1-2 meses, ya que la acumulación es mucho más rápida

Un mantenimiento constante requiere menos esfuerzo que enfrentarse a suciedad muy incrustada. Dedica 30 minutos cada trimestre y tu pérgola siempre lucirá impecable.

Productos que se deben evitar

Algunos productos o herramientas pueden dañar permanentemente tu pérgola:

Abrasivos: estropajos metálicos, lijas o polvos limpiadores que rayan el aluminio y eliminan el lacado
Disolventes y químicos agresivos: lejía, amoníaco, acetona o limpiadores ácidos que corroen los acabados
Cepillos duros o de alambre: dañan la superficie y pueden afectar las juntas y gomas
Hidrolimpiadoras de alta presión (más de 100 bares): pueden forzar agua en juntas selladas, dañar mecanismos internos y desprender lacados

💡Regla de oro: si no lo usarías en la carrocería de un coche, no lo uses en tu pérgola.

Señales de que hace falta una limpieza o revisión

Tu pérgola te avisa cuando necesita atención:

Lamas que chirrían o se mueven con dificultad: suciedad en los mecanismos de giro o falta de lubricación
Drenaje lento o charcos en el techo: obstrucción en canalones o desagües
Manchas persistentes o decoloración: suciedad muy adherida o inicio de corrosión
Acumulación visible de polvo, polen o verdín: señal de que ha pasado demasiado tiempo desde la última limpieza

Ante cualquiera de estas señales, realiza una limpieza inmediata antes de que el problema empeore.

Cuándo recurrir a un profesional

Aunque la limpieza es sencilla, hay situaciones que requieren ayuda experta:

Suciedad muy incrustada o manchas que no se eliminan: pueden necesitar productos específicos o técnicas profesionales
Mal olor persistente en desagües: indica obstrucción profunda o acumulación de materia orgánica en zonas inaccesibles
Lamas con movimiento irregular o atascadas: el problema puede estar en los motores o mecanismos internos, no solo en la suciedad superficial
Estructuras de difícil acceso o gran altura: por seguridad, es preferible contratar limpieza profesional con equipos adecuados

Además, aprovecha la revisión anual de mantenimiento (si tu fabricante lo ofrece) para que un técnico inspeccione el estado general mientras realiza la limpieza profunda.

Tu pérgola, impecable durante décadas

Mantener limpia tu pérgola bioclimática es más sencillo de lo que parece: una rutina regular con agua, jabón neutro y paño suave es suficiente para conservarla en perfecto estado. La clave está en la constancia: limpieza sencilla, regular y con productos suaves, lo cual hará que tu pérgola sea más duradera y funcional.

Dedica media hora cada trimestre a este mantenimiento básico y tu pérgola seguirá siendo el rincón favorito de tu hogar durante muchos años, funcionando como el primer día.

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